Battle Royale. Koushun Takami

Autor: Koushun Takami

Editorial: Booket

PVP: 10,95€

Páginas: 683

Encuadernación: tapa blanda con solapas






Sinopsis

En la República del Gran Oriente Asiático está prohibido el rock, esa música decadente. Los jóvenes crecen en un estado totalitario y controlador que promueve la competitividad. Como medida de control de rebeliones, la administración pone en marcha el Programa: cada año, 50 clases de distintos institutos son elegidas para luchar a muerte en la BATTLE ROYALE.

Los alumnos son aislados en una isla. Las normas del juego son estrictas: no pueden escapar, no pueden contactar con el exterior, y solo puede quedar uno.

Todo está permitido para sobrevivir.
Empieza el juego.
Empieza BATTLE ROYALE.

Opinión personal 

Os presento el que ha sido el primer batacazo literario del año. Cogí este libro con mucha ilusión porque se decía de él que había inspirado la trilogía de Los Juegos del Hambre, pero la decepción que me he llevado no ha podido ser más grande.

Cada año, 50 clases de tercero de instituto son elegidas para participar en el Programa, un juego en el que los alumnos deben matarse entre sí hasta que solo quede uno. A la clase de Shuya le han prometido una excursión, pero se encuentran con que han sido elegidos para participar en el Programa de este año.

El Programa les otorga una mochila con un arma a cada uno, distribuidas de forma aleatoria de manera que hay quien se enfrenta al juego con una ametralladora, una pistola, un hacha o... un bate de béisbol. Cada alumno lleva un collar para monitorizar su posición y para cerciorarse de que se cumplen las estrictas normas del juego: si algún alumno incumple una norma, el collar estallará, matándolo de inmediato.

El libro pintaba como una historia donde íbamos a encontrar acción a porrones, muchas muertes, juego sucio y una trama entretenida. Error mío, por empezar la lectura con las expectativas tan altas. Sí que hay muchas muertes, pero no me ha gustado nada el ritmo tan exageradamente lento del libro.

Lo primero que me costó fue familiarizarme con los personajes. Creo que, salvo el trío protagonista del que os hablaré un poco más adelante y tres o cuatro alumnos más, no hubiera sabido diferenciar a ninguno. Pero no es sólo que los nombre estén en otro idioma. Es que hay, por ejemplo, una escena en la que salen tres amigas llamadas Yukie, Yuka y Yoku. No sabía quién era quién y me exigía un esfuerzo de atención muy grande como para disfrutar de la lectura. Eso dejando a un lado el hecho de que se llamasen por el apellido (como no es bastante familizarse con 42 nombres japones, hagámoslo también con los 42 apellidos) o lo que es peor... ¡que usasen diminutivos que nada tienen que ver con el nombre! Por hacer un símil, si un extranjero tiene que deducir que Pepe es diminutivo de José... apaga y vámonos.

Bien, vayamos con el trío protagonista. Tenemos a Shuya, Noriko y Shogo, que forman una alianza y tratan de sobrevivir. Creí que iban a ser los que más juego diesen, pero no ha sido así. Se pasan 500 de las 700 páginas escondidos y manteniendo conversaciones filosóficas sobre la vida, la política y su país. Eso hace que el ritmo sea lento y que la acción se paralice durante páginas y páginas que se eternizan.

Plano de la isla donde se desarrolla el Programa

Para acabar de matar el ritmo de la novela, alternaremos estos capítulos con otros en los que el resto de personajes hablan sobre lo guay que es Shuya: los chicos lo admiran y las chicas (todas) están enamoradas de él. Increíble. Surrealista. Insoportable. Esas son las tres palabras que me vienen a la cabeza al recordar la cantidad de hojas que tuve que leer sobre lo que molaba Shuya (en serio, hay chicas que hasta charlan sobre la altura y el peso del muchacho, como si se hubieran estudiado la ficha técnica de un deportista de élite).

El autor nos presenta a cada personaje con bastante detalle: lo sitúa en la isla, nos cuenta su pasado y al final del capítulo, lo mata. Casi siempre se cumple este esquema. Supongo que está escrito para que nos encariñemos o identifiquemos con el personaje y suframos cuando muera. Pero no se consigue. Teniendo en cuenta que son 42 estudiantes, conocerlos y quererlos a todos se hace pesado e imposible.

Acción hay bastante, sí, es cierto, aunque hay un gran pero. Nos encontramos con escenas donde más que muertes tétricas o luchas encarnizadas, hay gore y escenarios sangrientos por que sí. Muchas veces no veía a cuento de qué teníamos que sufrir el desmembramiento de una persona o cuál era la necesidad de detallar tanto qué ocurre cuando le aplastas el ojo a alguien. No me ha gustado, es más, me ponía mal cuerpo asistir a esas escenas donde se recreaba demasiado en el aspecto sangriento de la muerte.

Más que tener adolescentes que luchan por su vida, tenemos delante a auténticos asesinos que disfrutan con lo que hacen. Me ha chocado mucho y no he llegado a entender por qué se comportan así. Son adolescentes, que tienen conversaciones de adolescentes: páginas llenas de "me gusta este", "estoy colgado de ella", que parece que es su única preocupación en el mundo. Pero esos adolescentes de repente se marcan un monólogo filosófico reflexionando sobre la vida o la política del país, sin venir a cuento y sin pegar para nada con el hilo de adolescentes enamoradizos que estaba mostrando la historia.

Y lo que es peor... esos adolescentes enamoradizos, de buenas a primeras pasan a comportarse ¡¡como auténticos psicópatas!! Me han sorprendido para mal los cambios bruscos en la personalidad de estos quinceañeros y me ha resultado muy difícil de creer.

Otra cosa que no me he creído y que me sacaba de la historia ha sido que no le veía finalidad al Programa. ¿Por qué hacen esto? Todos los años matan a tantos estudiantes (50 clases de 40 alumnos cada una equivale a un total de 2000 adolescentes que participan anualmente en el juego, de los que sobreviven 50)... ¿con qué fin? Si esto fuera real, ya no habría población joven en el país. Es muy poco creíble, y más, si no nos explican el motivo de llevar a cabo el juego. Sí es cierto que algo se menciona, pero me pareció una explicación pobre y absurda.

Durante la lectura hay muchísimo machismo. Es algo a lo que yo no le he dado importancia especialmente, porque hay que tener en cuenta la época en la que fue escrito y la sociedad en la que nos encontramos, pero el dibujo general de la mujer en el libro es de debilidad: "tengo que protegerla porque es una chica y no puede defenderse por sí misma".

Lo que sí me ha gustado han sido las cien páginas finales. Parecen escritas por otra persona: no se recrea en la sangre de los asesinatos, tiene muchísima tensión (toda la que le faltaba al resto del libro) y pega varios giros dramáticos que, si bien no me han sorprendido, me han dejado bastante satisfecha.

En resumen, un libro que no recomiendo por sangriento, mal explicado, pesado y lento. Se me ha hecho muy cuesta arriba, no me ha enganchado y no he sido capaz de creerme la historia.

Puntuación: 3

¡¡Enhorabuena si has conseguido leerte la reseña entera!!

Como curiosidad hay una película basada en el libro y una secuela posterior, además de una colección manga compuesta por 15 tomos publicada también en español. Personalmente, me alejaré de ambas cosas todo lo que pueda.