Autora: Sonia Fernández-Vidal
Editorial: La Galera
Colección: Luna Roja
PVP: 17,95€
Páginas: 235
Encuadernación: tapa blanda con solapas
Sinopsis
En el CERN, el centro de investigación más avanzado del mundo,
entre experimentos científicos que desafían la imaginación,
la joven Laila descubre que la ciencia puede ser sexy,
y que EL AMOR ES
LA ENERGÍA MÁS PODEROSA
DEL UNIVERSO.
Cuando comencé este libro, no sabía muy bien que podía esperar de él, pero al final he acabado encantada y he disfrutado muchísimo de su lectura.
La historia comienza cuando Laila deja Sevilla para ir al CERN a trabajar como camarera durante el verano. Allí se encontrará con una compañera de habitación que la eclipsará por su belleza e inteligencia, con un grupo de amigos científicos que la acogerán entre ellos pese a que a Laila le cuesta entenderlos y con un guapo periodista llamado Alessio.
De la mano de Laila conoceremos un montón de anécdotas y de teoremas científicos. Al principio, pensaba que el tema me iba a resultar complicado de seguir, pero la autora logra integrar con maestría las teorías de la ciencia en diálogos y situaciones sencillas, lo que hace que las comprendamos a la perfección. La forma en la que Sonia Fernández-Vidal ha hilado la historia me ha gustado mucho. Muchas de las conversaciones me recordaban un poco a la serie The Big Bang Teory, por la forma de aplicar la ciencia a temas cotidianos. Incluso en el libro podremos encontrar algún que otro chiste sobre el tema.
En cuanto a los personajes... creo que uno de ellos ha sido el responsable de que la historia me haya llegado tanto. Brian. Conozco a alguien muy parecido a este personaje (demasiado, diría yo) y, como consecuencia, no me ha costado nada identificarme con Laila. Son todos personajes muy creíbles y realistas. Brian es un chico muy cerrado y resulta imposible saber qué está pasando por su cabeza con exactitud. El personaje de Angelina, Angie para los amigos, es una chica guapa y muy, muy inteligente. Además, está un poco loca y es muy desinhibida. Alessio es todo lo contrario a Brian. Cariñoso, transparente, no le importa ser claro cuando quiere algo... ¡y además está como un tren! Hay más personajes: Klaus, Arthur, Chantal (la típica chica celosa e insufrible), Pierre... Todos ellos muy logrados.
No me olvido de la protagonista, Laila. Es una chica insegura, que quiere aprender y que va a todas partes acompañada de su Moleskine, donde anota cada anécdota interesante, cada cosa que aprende... para luego contárselo a sus padres cuando regrese a casa. Pese a que muchas veces se siente desplazada cuando los demás inician conversaciones de ciencia que se le escapan (creo que, dado el caso, muchos de nosotros nos sentiríamos igual o peor que ella), Laila sigue anotando todo para aprender de ello y llegar a ser una gran científica. Es un personaje que atrapa, por su carisma y su encanto natural.
Pese a que la historia no tiene prácticamente nada de acción, la lectura me ha resultado ligera y fresca. No se me ha hecho nada pesado, pese a no tener ni idea de ciencias. Si la autora se había propuesto crear una historia que entretuviese y enseñase a partes iguales, lo ha conseguido. Aquí se desmonta el tópico de que los científicos son frikis que viven por y para la ciencia. A ellos también les gusta divertirse, salir, enamorarse... como a cualquier persona.
En definitiva, una historia de amor con la ciencia como escenario. Tiene momentos divertidos, entrañables, situaciones que te dejan con ganas de tirarte de los pelos y mucho, mucho amor. A mí me ha gustado mucho y lo he disfrutado mientras me empapaba de anécdotas sobre científicos que ya conocía, sobre otros que no, y además, aprendía muchas cosas nuevas e interesantes.
Ciencia y amor también pueden ir de la mano. ¿No es, acaso, el amor un proceso que debería estudiarse en ciencias?
Puntuación: 8.
Espero que os animéis a leerlo, tiene todos los ingredientes necesarios para triunfar y, cada uno de ellos, en su justa medida.
Besitos,
Agradecimientos a la La Galera por el ejemplar.
Besitos,
Gran reseña ^^
ResponderEliminarEl libro tiene buena pinta.