Las ranas también se enamoran Megan Maxwell

Autora: Megan Maxwell

Editorial: Versátil

PVP: 15,90€

Páginas: 380

Encuadernación: tapa blanda con solapas

Sinopsis

Marta Rodríguez es una joven y divertida madre soltera que conduce una Honda CBF 600. Trabaja en el taller de moda flamenca de Lola Herrera, donde hace un poco de todo. Tan pronto soluciona temas de banco como diseña y cose el mejor vestido de flamenca. La vida de Marta, y su entorno, da un giro de 180 grados cuando el hijastro de su jefa, Philip Martínez, un empresario inglés serio a la par que sexy, se cruza en su camino. ¿Qué será Philip, una rana o un sapo más en el gran charco de la vida?

Opinión personal

Cuando pones muchas ganas en leer una novela o cuando esperas mucho de ella, puede darse el caso de que te defraude, de que esa novela no esté a la altura. Pues os puedo asegurar que no ha sido el caso. Este libro me ha ofrecido todo lo que esperaba de él y ¡mucho más!

Mientras leía, he sentido un montón de emociones diferentes, la lectura no puede dejar a nadie indiferente. Megan me ha hecho reír, me ha hecho pasarlo mal con los personajes, me ha hecho emocionarme, ha conseguido que me enamore (yo también quiero una rana así... yo y cualquiera de nosotras :P).

La historia comienza con Marta, que ha roto con el Musaraña, un elemento de mucho cuidado que no le conviene a ninguna mujer, que tiene a Marta loquita por sus huesos. Ahora ella ha decidido romper esa malsana relación y decide, junto a su amiga Patri, jugar al juego de la rana. ¿Y en qué consiste el juego de la rana? Fácil. De rana en rana y salgo con otro porque me da la gana (por decirlo de manera suave).

Marta es una madre soltera que tuvo a su hija muy joven y, pese a todos lo esfuerzos por tener con Vanesa, su hija, una relación de madre-amiga, su niña se empeña en ser una adolescente rebelde y problemática que no hace más que darle quebraderos de cabeza a su madre. Por suerte para Marta, no está sola para afrontar todo aquello: cuenta con sus buenos amigos Patri y Adrian que le apoyarán en todo y la ayudarán cuanto puedan. Lola es la jefa de Marta, pero para ella, es como una madre. Y a través de Lola, conocerá a Philip, con quien choca desde el principio. Ambos son de armas tomar y, como es lógico, cada vez que se encuentran, sus caracteres colisionan de forma brutal. 

Pero eso les llevará a una atracción irremediable. Bien cierto es eso de que polos opuestos se atraen. Megan consigue que la relación entre los dos protagonistas sea realista, creíble y maravillosa. Cada uno de los personajes es encantador a su manera y todos ellos tienen su trocito de protagonismo. La única que no fue del todo de mi agrado, dejando a un lado al Musaraña, fue Vanesa. Una adolescente eogcéntrica que roza lo insoportable. Menos mal que tiene su evolución.

Lo que más me ha gustado de la historia es que los personajes son humanos: cometen errores, no son perfectos. Viviremos junto a ellos una historia preciosa que, como en la vida real, tiene sus altibajos. ¿Sabrán Marta y Philip superar las dificultades?

Se trata de una novela romántica que tiene momentos para todo: para reír, para llorar, para emocionarse, para tirarse de los pelos, para comprender que a veces es mejor tragarse el orgullo, pero sobre todo, para enamorarse.

El final es precioso, emotivo, perfecto. Y para que nadie se queda con ganas de más, tiene un prólogo ambientado en unos años después, donde podemos conocer cuál es el futuro de todos nuestros chicos y chicas, a los que os aseguro que cogeréis mucho cariño.

Puntuación: 9,5

¡¡Yo también quiero a mi rana!!