Para evitar que nuestra conversación siguiera adentrándose en terreno pantanoso, apoyé la cabeza en su pecho, pese a saber que suponía un peligro. Todo en él era peligroso; cada vez que me tocaba sentía que todo mi cuerpo vibraba, una sensación extraña y fascinante. Mi parte sensata quería analizar mis emociones. Pero una parte más sensual e inmediata estaba harta de la lógica, de preguntarse por ese hueco en el tiempo, y así, sin más, dejé de pensar.
Silencio, Becca Fitzpatrick
¡Me encanta la frase!
ResponderEliminarQué ganas le tengo a la saga...creí que no la leería pero me da que me la vana regalar jejeje
ResponderEliminarUn beso!