No abras los ojos. John Verdon

Autor: John Verdon

Editorial: Roca

PVP: 21,50€

Páginas: 552

Encuadernación: tapa blanda con solapas






Sinopsis

David Gurney se sentía casi invencible hasta que se topó con el asesino más inteligente con el que jamás había tenido que enfrentarse.

El protagonista de la primera novela de John Verdon, Sé lo que estás pensando, vuelve para enfrentarse al caso más difícil de su carrera, una batalla con un adversario implacable que no sólo es un inteligente y frío asesino, sino que no tiene reparos en atacar directamente al punto débil de Gurney: su esposa.

Ha pasado un año desde que el ex detective de la policía de Nueva York consiguió atrapar al asesino de los números y, aunque es su intención retirarse definitivamente junto a su esposa Madeleine, un nuevo caso se le presenta de forma imprevista. Una novia es asesinada de manera brutal durante el banquete de bodas, con cientos de invitados en el jardín y ese es un reto al que es imposible resistirse.

Todas las pistas apuntan a un misterioso y perturbado jardinero pero nada encaja: ni el móvil, ni la situación del arma homicida y sobre todo, el cruel modus operandi. Dejando de lado lo obvio, Gurney empieza a unir los puntos que le descubrirán una compleja red de negocios siniestros y tramas ocultas llevadas por un sádico…

Opinión personal

Éste no es un género que reseñe mucho en el blog, pero sin duda la novela policíaca es un género del que disfruto mucho. John Verdon llegó a las librerías con Sé lo que estás pensando y consiguió engancharme, así que no podía perderme una nueva aventura de David Gurney. 

En esta ocasión nos encontramos con un escenario del crimen de lo más macabro. Una novia ha sido decapitada en el día de su boda, en la cabaña del jardinero, lejos de los ojos de todos los invitados. Nadie ha visto nada, y Héctor Flores, el jardinero en cuestión, ha desaparecido. 

En principio, todo apunta a que el jardinero, molesto por la relación entre la víctima y el que iba a ser su marido, ha sido el asesino. Pero la investigación policial se ha estancado, dando vueltas en círculos que no llevan a ninguna parte. Por eso, la madre de la víctima, en un acto desesperado por hacer justicia para con su hija, acude a David Gurney.

El detective no quiere aceptar el caso, pues sabe que eso afectaría de forma negativa a su matrimonio. Su mujer, Madeleine intenta apartarlo de la vida policial y acercarlo a la vida campestre, pero cada vez le cuesta más retener a Gurney. Así que él llega a la solución que cree más acertada: aceptará el caso solo por dos semanas. Si en ese plazo no lo ha resuelto, lo dejará. 

Lo que Gurney no sabe es que va a toparse con una trama oculta de negocios muy, muy oscuros que hará que hasta su propia vida corra peligro. 

Este libro mejora en trama con respecto a Sé lo que estás pensando. Está mucho más elaborada, es más compleja y mucho más oscura. Me ha sorprendido porque cuando empecé la lectura, tampoco yo contaba con encontrarme con una red de crímenes tan diabólica.

Lo importante no es quién es el asesino (que también), sino el por qué. Y la respuesta ha hecho que se me pusieran los pelos de punta. Una historia desquiciante que nos tendrá intrigados hasta que juntemos todas las piezas. 

Los personajes principales son los mismos. Dave Gurney, que sigue siendo un indeciso pero brillante investigador. Su mujer, Madeleine, que ha llegado a desesperarme. No hace más que ponerle trabas a su marido, no le deja trabajar a gusto y la investigación se ralentiza por su culpa. Gurney se pasa más de medio libro preocupado por lo que su mujer pueda pensar, por la manera en la que se hunde su relación. La trama policial avanza poco hasta entonces, pero cada descubrimiento nos hará estremecernos y desear más.

Me ha gustado la velocidad de vértigo que toma la investigación una vez que el detective se pone en el camino correcto. Le cuesta llegar hasta él, pero una vez lo hace, ya no podremos parar.

Sin embargo, lo que no me ha gustado tanto es un intento descarado por hacer parecer a Gurney más inteligente de lo que es creando personajes que prácticamente rozan la estupidez. Es el caso de los policías a cargo del caso, que están empeñados en buscar a Héctor Flores en círculos latinos y no salen de ahí. Incluso se cabrean cuando se les propone otras vías de investigación e intentan entorpecer a Gurney. Me ha parecido tremendamente surrealista. Nadie sería capaz de ponerse la zancadilla a sí mismo con tanto ahínco (y mucho menos, cuando lo que está en juego es la vida de terceras personas).

En este caso, no me costó averiguar quién era el asesino, pero el final del libro acabó sorprendiéndome igualmente. Sobre todo, por lo macabro de la historia.

En líneas generales, me ha parecido un libro brillante, que a algunos les puede parecer un poco lento al princpio, pero a mí esa lentitud me ha parecido bien. Reiterarse en los detalles a veces puede venirle bien a una novela y así ha sido en este caso, ya que se logra el efecto deseado: la forma de escribir de Verdon nos mantiene enganchados mientras que nuestra cabeza no deja de pensar en qué diablos le ha pasado a la novia decapitada y qué es esa sombra tan oscura que podemos ver detrás del crimen y que cada vez se presenta como algo más tenebroso. 

En cuanto al final, es un poco precipitado. Pero dado el rumbo que toman los acontecimientos en el escenario final, no podía ser de otra forma. 

En resumen, una trama oscura y brillante, un David Gurney igual de perspicaz e inteligente, un caso muy complicado donde nada es lo que parece y que nos pondrá los pelos de punta. 

Puntuación: 9

Parece que le he puesto una nota muy alta para haber destacado tantas cosas negativas en la reseña, pero es que el libro se lo merece. Es sencillamente brillante y yo estoy deseando leer más cosas de este autor.