Tengo que reconocer que me sorprendió mucho el encuentro con la autora, pues fue una tarde muy productiva. No se limitó a presentar su libro y a hablar sobre él, si no que la charla derivó hacia los temas más relacionados con la autoestima.
Empezó con un fragmento de la película Rocky Balboa (el cual os enseñamos en la reseña del libro, que podéis ver aquí) que menciona en su libro (de hecho, aparece una transcripción de la escena) y que es una lección de vida muy importante. Ya con eso, Silvia Congost se me metió en el bolsillo.
La autoestima es una capacidad muy importante para lograr nuestros objetivos en la vida, y es algo que tenemos que cuidar. Se va fraguando desde que somos pequeños y nuestras vivencias nos marcan, para bien o para mal.
Me gustó mucho también cómo nos hizo ver que muchas veces somos nosotros mismos quienes nos tratamos mal. No hace falta que venga otra persona para mermar nuestra autoestima, pues nosotros mismos somos los que nos decimos cosas hirientes. Puso el ejemplo de que tú a una amiga jamás le dirías "¿qué haces con ese chico, si vale más que tú, si no vales lo suficiente, si no estás a su altura? No lo intentes". Pero en cambio, sí que nos decimos ese tipo de cosas a nosotros mismos. Tenemos que aprender a no ser tan crueles con nosotros mismos y a saber valorarnos.
Como decía, la charla con Silvia Congost me pareció muy productiva, aprendí muchas sobre el autoestima, sobre valorarse a uno mismo y también me entraron muchas ganas de leer su libro, en el que nos mostrará el camino a seguir para mejor nuestra autoestima. La reseña de Autoestima automática la podéis encontrar en el blog, firmada por mi compañero Jose T. pero seguramente yo también lea el libro porque este es un tipo de lectura que nunca viene mal.
Después de hablarnos sobre el autoestima y los problemas relacionados con la falta de autoestima, Silvia estuvo firmando ejemplares. Y aquí os dejo una foto de nosotros dos con Silvia y su libro.
Espero que os animéis a conocer a Silvia Congost y sus libros. Esta psicóloga no duda en ponerse a ella misma como ejemplo en los problemas que trata en sus libros, lo que resulta de lo más inspirador. Un ejemplo es que en el libro cuenta la ansiedad que le provocaban las ponencias y nosotros hemos sido testigos de primera mano de que esos temores están más que superados: en la presentación de su libro la escritora destilaba seguridad, carisma y hacía alarde de grandes dotes comunicativas.
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