Mejores momentos (I): Vampire Academy

¡Aquí estamos con la tercera entrega de la semana temática de Vampire Academy!

Os dejo una selección de escenas con momentazos de la primera parte de la saga. Puede que a algunos de vosotros os gusten más otras escenas, pero yo he intentado no spoilear demasiado. El primero es un momentazo 100% Rose. 

Lissa y yo habíamos sido amigas desde la guardería, cuando nuestra maestra nos puso juntas para aprender a escribir. Forzar a unas niñas de cinco años a deletrear «Vasilisa Dragomir» y  «Rosemarie Hathaway» era algo que sobrepasaba en mucho lo que podríamos considerar un trato cruel y las dos -o mejor dicho, yo- respondimos de forma apropiada. Le tiré el libro a la maestra y le dije que era una bastarda fascista. Yo no conocía el significado de esas palabras, pero sí sabía cómo atinarle a un objeto en movimiento.
Desde entonces, Lissa y yo nos hicimos inseparables. 

Aquí entra en juego Dimitri. 

El guerrero estoico, duro, con el que me había encontrado antes se había ido y en ese momento parecía preocupado, preocupado de verdad. Algo se agitó en mi interior cuando sentí sus ojos sobre mí de ese modo, lo cual sin duda era una estupidez. No tenía motivo para que se me fuera la olla sólo porque el tipo estaba más bueno de lo conveniente. Después de todo, era un dios asocial. Uno que sin lugar a dudas iba a dejarme toda clase de dolores.  

Rose conversa con Lissa. Uno de los momentos en los que podemos comprobar lo diferentes que son las dos amigas. 

-Estás bajo arresto. No van a dejar que salgas a hablar con él.  

-En realidad, no quiero hablar con él. Vamos a escaparnos. Ella gimió.

-A veces no te entiendo.  

-Eso es porque tú eres la prudente y yo la temeraria.

Un gran momento Dimitri-Rose.

- No importa lo que sintamos ni tú ni yo ni nadie. 

-Pero te molesta -me pareció obvio de repente. Fui capaz de leer en su pena a pesar de lo hondo que la había ocultado-. Te duele a diario, ¿verdad? Le echas de menos. 

Dimitri pareció sorprendido, como si hubiera desvelado una parte oculta de su pasado y no deseara que yo lo supiera. Le había considerado un tipo distante, asocial y un tanto duro, pero tal vez se había apartado de los demás para no resultar herido si los perdía. 

-No importa cómo me sienta. Ellos tienen prioridad. Nosotros los protegemos. 

Y otro más.

-Esto es solo el principio de mi fin. Me convertiré en alguien como la capitana Alberta y las demás guardianas: curtidas, secas después de tanto entrenamiento y tanta pelea al aire libre... Ya no son guapas. Este tipo de vida las destroza. Me refiero al aspecto. 

Él vaciló durante unos instantes y levantó la vista de mis manos para escrutarme con aquellos cálidos ojos castaños suyos. Se me paró el corazón. Maldita sea. Debía poner freno a esos sentamientos cuando estuviera cerca de él. 

-Eso no va a sucederte. Eres demasiado... -se atascó en la búsqueda de la palabra adecuada y yo la sustituí en mi mente por algunas alternativas tales como "divina", "ardiente", "sexy". Se rindió y al final solo dijo -: Eso no va a sucederte a ti.

Y este tiene spoiler. Aviso. 

-¿Por qué me mentiste?- repetí con un hilo de voz. 

-Porque no podemos estar juntos.

-Por el rollo ese de la edad, ¿no? ¿O porque eres mi mentor?

Se me había escapado una lágrima y corría por mi mejilla hasta qye él la enjugó delicadamente con la yema del dedo. 

-Eso es parte del problema -respondió- pero no todo. Bueno... tú y yo seremos guardianes de Lissa algún día y debo protegerla a ella a toda costa. Si nos ataca un grupo de strigoi, debo interponerme entre ellos y la princesa. 

-Eso ya lo sé, forma parte de tu obligación. 

-No. Si me permito amarte, no me interpondré entre ellos y Lissa, te protegeré a ti. 

¿Qué os parece? ¿Os gustan las citas que he escogido? Besos,